212 años de la Biblioteca Nacional y 100 años de la donación de José Toribio Medina

Una historia de generosidad y memoria viva
Quizás es la sala más hermosa de la Biblioteca Nacional de Chile, y también una de las más valiosas de Hispanoamérica: la Sala Medina. Hace un siglo, el humanista, coleccionista e investigador José Toribio Medina, junto a Mercedes Ibáñez, entregó a la Biblioteca Nacional de Chile, más de 22 mil volúmenes y 500 tomos de manuscritos que transformaron para siempre su acervo. Hoy, en el aniversario 212 de la Biblioteca, se inaugura la exposición El mundo en una biblioteca. 100 años de la donación de José Toribio Medina, curada por la investigadora Macarena Ríos del Centro de Investigación Diego Barros Arana.

La muestra invita a recorrer la vida, viajes y oficios de Medina, exhibiendo desde los primeros impresos americanos hasta objetos personales, documentos de trabajo, piezas restauradas de su vestuario. También se presentan selecciones realizadas por investigadores contemporáneos, que revelan la heterogeneidad y proyección de este acervo único.

La Biblioteca Nacional nació y creció gracias a la confianza y generosidad de intelectuales y ciudadanos que, a través de sus donaciones, forjaron una memoria colectiva abierta a toda la comunidad. Así recordó Soledad Abarca actual directora a Carlos Silva, quien hace un siglo fue director, y señaló que la Biblioteca no solo resguarda memoria, sino que también es fuente de educación, encuentro y ciudadanía. Ese espíritu sigue vivo hoy, en gestos como la donación del legado de Gabriela Mistral en 2007, los archivos de Vicente Ruiz, Marcela Paz, y desde agosto, el archivo fotográfico de Pepe Moreno.

“Es muy significativo que los 212 años de la Biblioteca los celebremos con esta exposición. La figura de José Toribio Medina es central para nuestra institución, tanto por la trascendencia de su colección como por la sala que lleva su nombre, uno de los espacios más visitados y valorados por nuestros usuarios”, afirmó la directora de la Biblioteca Nacional, Soledad Abarca.

 

La historia de la Biblioteca Nacional está íntimamente ligada a las donaciones que, desde su fundación, intelectuales y ciudadanos comprometidos han puesto a disposición del país. Desde Medina hasta Gabriela Mistral, Marcela Paz o Vicente Ruiz, cada aporte ha enriquecido el patrimonio cultural y ha mantenido viva la misión de la Biblioteca como espacio abierto, diverso y democrático, al servicio de la memoria y la ciudadanía. El reconocimiento a José Toribio Medina también está presente en el espacio urbano. En la Plaza de Londres, frente a la sede de la Corporación Patrimonio Cultural en el Barrio París Londres, se levanta desde 2002 un busto del investigador, instalado por la Sociedad de Historia y Geografía de Chile. Esta obra —copia del busto original de Coll y Pi que se conserva en la Sala Medina— conecta a la ciudad con la Biblioteca y recuerda a los transeúntes el valor de su legado para la cultura nacional. Con esta conmemoración, la Biblioteca Nacional no solo celebra su aniversario, sino que también rinde homenaje a la cadena de confianza y generosidad que ha dado forma a su acervo, renovando su compromiso con el acceso al conocimiento, la preservación documental y la construcción de un patrimonio cultural compartido para Chile y América Latina.  

En la Plaza de Londres, frente a la sede de la Corporación Patrimonio Cultural en el Barrio París Londres, se levanta desde 2002 un busto del investigador Jose Toribio Medina, instalado por la Sociedad de Historia y Geografía de Chile.

Una invitación a que revivas junto a nosotros esta historia, que también es tuya. Que te reencantes, resignifiques y reconectes con tu Patrimonio Cultural.
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