EDUARDO KNOCKAERT

Su nombre puede ser desconocido para las nuevas generaciones, pero su obra arquitectónica, su participación en diferentes sociedades civiles y su labor docente, dejaron una huella imborrable en Santiago, Concepción y otras ciudades de Chile.

Julio Eduardo Knockaert Salgado (1893–1971) fue un arquitecto titulado de la Universidad de Chile en 1919. Combinó su ejercicio profesional con una intensa participación en la vida pública: fue presidente del Rotary Club de Santiago, director del Cementerio General, arquitecto externo de CORFO y presidente de la Sociedad Constructora de Establecimientos Hospitalarios.

Su producción arquitectónica fue vasta y diversa. En Santiago diseñó obras emblemáticas como el edificio de la CORFO (1938), el Cine Windsor en Ahumada 236, inmuebles comerciales en Agustinas 1111 y Ahumada 47, un complejo industrial para la RCA Víctor en San Joaquín (1939), además de residencias como la de República 491 que destaca por su lenguaje clasicista y su pórtico con columnas. En regiones proyectó el Teatro de Lota (1944), el Mercado y Hospital de Lota Alto (1852), y el Hotel Cabo de Hornos (1962).

En 1970 se integró al equipo del Plan Regulador Intercomunal de Santiago (PRIS), desde donde abogó por una planificación más humana, descentralizada y respetuosa de los barrios tradicionales.

Barrio París-Londres

Uno de sus aportes más visibles al patrimonio santiaguino está en el Barrio París-Londres, participación que le fue encomendada muy joven, recién titulado. Allí construyó seis viviendas, contribuyendo a dar forma a esta interesante Zona Típica que ofrece un viaje a través del tiempo, entre adoquines centenarios y fachadas historicistas.

Entre las obras que diseñó en este barrio destacan inmuebles como Londres 49 (1925), Londres 54 y París 840 (1924), Londres 68 (1924), Londres 69 (1926), París 809 (1925), París 830 (1924) y París 869 (1922). Cada una de estas residencias refleja la formación de la mayoría de los arquitectos de su tiempo, capaces de reinterpretar estilos historicistas para otorgar la riqueza arquitectónica que sobrevive en este barrio referente patrimonial de Santiago.

Modernización Arquitectónica en Lota

Tras el terremoto de 1939, que destruyó gran parte de Lota Alto, la Empresa Carbonífera e Industrial impulsó una profunda modernización urbana. En este contexto emergió la figura del arquitecto Eduardo Knockaert, uno de los profesionales clave en la reconstrucción del campamento minero y en la introducción del lenguaje moderno en la arquitectura del carbón. Knockaert diseñó nuevas tipologías de vivienda obrera, más amplias, higiénicas y resistentes, incorporando por primera vez baños, cocinas y lavaderos al interior del hogar, junto con materiales sólidos como albañilería reforzada y hormigón armado. Su visión transformó la vida cotidiana de miles de mineros, reemplazando antiguos pabellones decimonónicos por modelos funcionales y duraderos que aún se conservan. Entre sus obras emblemáticas destaca el Mercado de Lota Alto, un edificio moderno que se convirtió en pieza clave del tejido social y comercial de la ciudad. Su legado, presente en barrios como Mina 1, Mina 2 y las poblaciones construidas desde los años 40, dio una nueva identidad urbana al territorio, marcando el tránsito desde el “company town” tradicional hacia una ciudad moderna e integrada. Hoy, el trabajo de Eduardo Knockaert forma parte del patrimonio arquitectónico de Lota, testimonio vivo de una época en que la arquitectura se convirtió en motor de bienestar social y modernización industrial.

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